El Salario Mínimo Interprofesional (SMI) sigue siendo un tema central en la gestión laboral en España. Para 2026, las previsiones apuntan a un incremento del 3,5 %, lo que situaría el SMI en aproximadamente 1.225,44 euros mensuales en 14 pagas. Algunas estimaciones más ambiciosas sugieren que podría alcanzar hasta 1.371 euros, siguiendo la recomendación de la Carta Social Europea (CSE) de garantizar que el SMI represente al menos el 60 % del salario medio neto, asegurando un nivel de vida digno para todos los trabajadores.
Cualquier subida acordada se aplicará con carácter retroactivo desde el 1 de enero de 2026, aunque el proceso de negociación se prolongue más allá de esa fecha. Además, se busca garantizar que las empresas reflejen las subidas del SMI de manera real, evitando compensarlas únicamente mediante complementos o pluses salariales que no supongan un aumento efectivo del salario mínimo.
Evolución del SMI (2018-2025)
-
2018: 736 €
-
2019: 900 €
-
2020: 950 €
-
2021: 965 €
-
2022: 1.000 €
-
2023: 1.080 €
-
2024: 1.134 €
-
2025: 1.184 €
-
2026: 1.225,44 € (previsión)
Desde 2017, las subidas han sido significativas, reflejando una tendencia de mejora del poder adquisitivo de los trabajadores.
¿Por qué aumenta el SMI?
El SMI representa la cuantía mínima que debe percibir un trabajador por su jornada laboral. Su ajuste anual busca garantizar el poder adquisitivo, especialmente para quienes se encuentran en situaciones de vulnerabilidad.
El cálculo se basa en factores económicos clave:
-
Índice de Precios de Consumo (IPC)
-
Productividad media nacional
-
Renta nacional
Además, el SMI sirve como referencia para prestaciones y ayudas públicas, como pensiones o subsidios. Su fijación anual depende de consultas y negociaciones con los principales agentes económicos y sociales, asegurando un equilibrio entre la retribución mínima y la sostenibilidad empresarial.