Deducciones y alivios para rentas bajas
La reforma aprobada en 2025 establece una deducción de hasta 340 € anuales para quienes tengan rendimientos del trabajo bajos, que estará plenamente vigente en la declaración que se presente en 2026. Por tanto, para quienes cobren sueldos modestos, cercanos al Salario Mínimo Interprofesional (SMI) u otras rentas bajas, la carga fiscal seguirá mitigada, lo que puede proteger algo del efecto de la inflación o de subidas salariales.
Salario Mínimo Interprofesional (SMI) y su tributación
Para 2026, los sindicatos mayoritarios en España han propuesto incrementar el SMI un 7,5 %, hasta unos 1.273 € brutos mensuales en 14 pagas, con posible tributación en IRPF. Esa propuesta situaría sobre la mesa la posibilidad de que muchas rentas bajas vuelvan a tributar. Si se aprueba con estos parámetros, quienes cobren el SMI podrían tener que declarar, aunque la deducción para rentas bajas o una exención moderaría la carga fiscal.
“Progresividad en frío”: presión fiscal creciente si no se ajustan los tramos
Un factor estructural que puede influir en 2026 es la llamada “progresividad en frío”: el hecho de que los tramos y mínimos exentos del IRPF no se deflacten conforme sube la inflación. Esto significa que, aunque los salarios crezcan modestamente, muchas personas pueden acabar pagando más impuestos simplemente por el desajuste entre inflación, salarios y tramos. En consecuencia, aunque nominalmente no haya un aumento de los tipos, la carga efectiva podría subir para amplios segmentos de clase media y trabajadora.
Resistencias, negociación política y escenarios distintos según decisiones
Todo esto depende de decisiones políticas que aún no están cerradas. Por ejemplo, no hay garantía de que el SMI de 2026 termine tributando: el Gobierno ha pedido a los expertos que valoren dos escenarios: uno con tributación y otro sin ella. Si se mantiene la exención o una deducción adecuada, los ingresos bajos seguirán relativamente protegidos. En cambio, si no se aprueba, la subida del SMI podría verse parcialmente neutralizada por retenciones. Además, futuras subidas salariales pueden empujar a más personas a tramos impositivos más altos, incrementando la presión fiscal.
Conclusión — Qué puedes esperar como contribuyente
Para 2026, lo más probable es que las rentas bajas sigan beneficiándose de deducciones o exenciones, aunque con cierta incertidumbre según la negociación política. La “factura” fiscal real podría subir un poco para muchas personas por la inflación y la no actualización de tramos. Si el SMI sube y tributa, algunas subidas salariales se verán parcialmente absorbidas por retenciones. En general, se consolida un escenario de mayor progresividad real, aunque dependerá de la evolución de los salarios, la inflación y las decisiones de política fiscal.
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